El estrés es la respuesta física y emocional de una persona al cambio. El estrés nos permite responder y adaptarnos a los cambios y retos del entorno. Nadie está exento al estrés que puede provenir de las situaciones de la vida, ya sean eventos buenos o malos.
La mayoría de las veces el estrés puede ser tratado mediante la toma de acción o simplemente haciendo unos pocos cambios. Pero a veces las situaciones de la vida y nuestras emociones nos impiden reconocer y hacer frente a la tensión que sentimos. Cuando el estrés no se trata, se convierte en estrés crónico que con el tiempo puede ser abrumador y puede poner en peligro nuestra salud física y bienestar mental.
El estrés puede causar
- Crisis cardiovasculares como ataques cardiacos o derrames cerebrales
- Debilitamiento del sistema inmunológico
- Sanación lenta de heridas
- Brotes de herpes
- Ataques intestinales o síndrome de colon irritable
- Disminución del interés sexual
- Ataques de asma
- Ulceras
- Elevación de la presión arterial
- Aumento del dolor crónico
- Quejas psicosomáticas
- Cambios en los patrones de sueño
- Cambios en los patrones de alimentación
- Apretar los dientes
- Irritabilidad o impaciencia
- Llanto sobre incidentes menores
- Temor de ir al trabajo o a la escuela
- Aumento de la tensión muscular en la mandíbula, cuello, espalda u hombros
- Problemas digestivos
- Respiración superficial y/o constante
- Palmas de manos y pies fríos o sudorosos
He aquí algunas sugerencias prácticas para ayudar con el estrés en su vida
- Determine si la preocupación es real o imaginaria. Muchas personas se preocupan y se sienten ansiosas por los acontecimientos que pueden sucederles o no. Trate de relajarse y concéntrese en el presente en lugar del futuro incierto. Tome la vida un día a la vez. Convénzase de que Dios le va a cuidar pase lo que pase.
- Asegúrese de cuidarse a sí mismo.
- Descanse lo suficiente. La mayoría de las personas necesitan de 8 a 9 horas de sueño al día. Si usted sufre de insomnio, infórmele a su médico y a los demás que usted necesita ayuda.
- Coma bien. Incluso si usted no siente hambre, tome tiempo para comer algo para que mantenga su energía.
- Haga ejercicio. Los estudios médicos demuestran que la actividad física puede ayudar a reducir la ansiedad. Si está lo suficientemente sano como para ejercitarse de forma regular, hágalo. Caminar a paso ligero, correr, nadar u otras actividades pueden reducir el estrés de manera significativa.
- Hable con alguien. No esconda sus sentimientos. Hablar con alguien que lo escuche y no lo juzgue le traerá alivio. Busque a un amigo, familiar, pastor o consejero. Si el estrés y la ansiedad son un problema constante en su vida, usted podría planear un tiempo cada semana para expresar sus emociones y pensamientos con alguien de confianza.
- Tome acción. Trate de no dejar que sus sentimientos le paralicen. Si hay algo práctico y sabio que puede hacer para aliviar un problema o evitar un posible peligro, es tomar acción. La dilación sólo va a aumentar su estrés y los niveles de ansiedad.
- Relájese. Escuche música relajante. Tome descansos a menudo durante el día para simplemente cerrar sus ojos y respirar profundamente. La lectura de las Escrituras y demás material de inspiración o escuchar a oradores y maestros cristianos puede cambiar su enfoque y calmar sus miedos.
- Diviértase. Haga algo que le guste. Es bueno tener un poco de recreación regularmente. También consiéntase de vez en cuando.
- Cuide su vida espiritual. A veces, el miedo y la ansiedad resultan debido a una vida espiritual descuidada. La oración, tiempo devocional y una nueva dedicación a los asuntos espirituales pueden aliviar el estrés y la ansiedad. Pase tiempo con Dios, su Palabra y personas que compartan su misma fe.
- Busque y siga consejo profesional. Usted puede necesitar ver a un profesional de salud mental y/o a un médico. A veces, la ayuda podría ser en forma de medicación supervisada para hacer frente a la ansiedad y el estrés. La mayoría de las veces recibir consejería da buenos resultados.
Por Larry Barber, LPC-S, CT (Consejero Profesional Licenciado- Supervisor, Certificado en Tanatología)
Traducido por Angela Belton, LPC (Consejera Profesional Licenciada)
Para obtener más información o si a usted le gustaría hablar con un consejero cristiano y hablar sobre cómo el estrés está afectando su vida o algún ser querido, llame para hacer una cita a CounselingWorks al 972-960-9981.